09/03/2020 - Femicidio

La muerte de Fátima y las respuestas que buscamos

Pedir explicaciones a los funcionarios judiciales está bien pero eso no traerá la solución al endémico drama del femicidio.

J.R.

La muerte, el hostigamiento, la coerción degradante y todo cuanto alimenta a un femicidio, anda a sus anchas mientras la sociedad civil intenta buscar una solución sin poder hallarla. Una solución que nos deje, siendo eficaces en la prevención de la violencia, del lado más humanista. Que podamos buscar una respuesta y un protocolo sin empeñar nuestra decisión férrea de estar del lado de los derechos humanos.

Este domingo, Día de la Mujer, fue hallado el cuerpo sin vida de una madre que denunció a gritos que la iban a matar. Fue un crimen anunciado a cuatro vientos.

A 18 metros debajo del suelo, en un aljibe, apareció el cuerpo de Fátima Florencia Belén Acevedo, la joven madre que decía que su ex pareja, Jorge Nicolás Martínez, el padre de su pequeño hijo, la iba a asesinar. Está grabado y circulando en las redes.

¿Falló el Estado? Es cierto. ¿Fallaron los funcionarios judiciales? Quizás o seguramente.

Cualquier acción que encaremos de prevención, aun en medio de la indignación, debe partir de la idea que también en las instituciones del Estado hay aliados en la tarea de buscar lo mejor. ¿Qué es lo mejor? Que no haya abuso de un género a otro. Que nadie abuse de nadie. Es decir que haya, cómo se dijo ya hace algunos siglos, igualdad.

Creer que un fiscal puede ser el enemigo per-se, puede ser un error. Un fiscal puede ser un enemigo y puede no serlo. Pero por lo pronto es un operador del Estado, bajo el imperio de la Constitución y en un estado de derecho.

¿Por qué no pensar que puede ser un funcionario que busca dar respuestas adentro de uno de los dos hemisferios en que ha estado dividida la historia argentina? Esos hemisferios son la ilegalidad del terrorismo de Estado y la legalidad de la Constitución.

No hay que olvidarse que somos, quizás, el único país que juzgó a sus genocidas con las garantías del derecho. Eso nos obliga a buscar soluciones dignas para hacer frente al lacerante drama del femicidio. Del femicidio y de todo lo que está hecho el camino previo: machismo, sexismo, patriarcado.

Este domingo, ante la confirmación del asesinato de Fátima, la indignación se derramó sobre una sensible parte de la sociedad de Paraná. Casi toda esa parte eran mujeres, porque había una minoría de hombres, casi siempre acompañando a mujeres y nenes recién nacidos.

Se la buscaba a Fátima Acevedo y se encontró un cadáver. La indignación es muy fuerte y parece que nunca es suficiente. Las manifestantes piden explicaciones con visceral razón. Y en otro lado, un grupo de funcionarios judiciales intentaba darlas. La Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans permaneció toda la noche a la espera de que los funcionarios salgan de sus oficinas.

El endémico drama del femicidio requiere una solución integran, eficaz y civilizada. A las respuestas sobre cómo evitar un nuevo hecho hay que buscarla entre todos, y no serán los funcionarios judiciales solamente los que tengan una solución.