La cal de Entre Ríos ayudó a construir el Litoral de los tres últimos siglos. Luego fue la arena la que salió de las entrañas de nuestros ríos y canteras a cielo abierto. Hoy, la provincia exporta 25 millones de toneladas con diversos destinos, entre ellas la construcción y la cristalería. Pero es la arena silícea la que ha despertado mayor interés debido a la dependencia que de ese mineral tiene la industria del petróleo. En esta nota se repasa el modo en que Entre Ríos ha venido ganando la pulseada en un negocio del que participó Estados Unidos, Brasil, China, México y otras provincias argentinas. El negocio crece y las críticas de entidades ambientales también.