“Hoy se cumple un aniversario de una de las jornadas más trágicas para la República Argentina, como fue el 6 de septiembre de 1930, donde los sectores del poder buscaron a las fuerzas armadas para producir el primer golpe de estado que derrocara un gobierno constitucionalmente elegido por la voluntad popular. A los conservadores y a la derecha reaccionaria nunca les cerró la idea que el pueblo pudiera decidir con su voto el destino nacional. La democracia y el sufragio popular fueron una molesta piedra en el zapato de los sectores que se creían dueños de la Argentina. El acceso de los sectores populares al trabajo, al salario digno, a las 8 horas, a una educación pública, y la reforma del 18, que permitió que los hijos de los obreros llegaran a la universidad, jamás se lo iban a perdonar al radicalismo y a Yrigoyen”.