12/01/2021 - Una película de César Vitali e Ivo Betti

“Mantis”, suspenso al natural en un film entrerriano

El bello monstruo de la película deja ver sus músculos, su cabeza triangular, sus ojos intimidantes. A veces parece una víbora, a veces una flor carnívora, siempre un extraterrestre. Aquí, por una semana, se puede ver el film de César Vitali e Ivo Betti, muy bien acompañados por otros profesionales.

Jorge Riani
Una noche de verano de 1986, la parte blanca de una pared que además tenía azules y rojos, apareció acribillada de manchitas. Yo llegaba de trabajar, tarde, del diario, y el salpicón oscuro sobre la pared de mi dormitorio-escritorio desparramó la intriga, la inquietud.
Recuerdo que la primera explicación que se me ocurrió dar sobre ese estampado en la pared era absurda, y no tardé en descubrir que también era acertada.
En mi recuerdo esas manchitas se mantienen quietas, pero si aplico una pizca de lógica voy a decir que no; que estaban en una serie de movimientos que daban efervescencia al muro.
Cada manchita era una mantis bebé que acaba de salir de una ooteca que yo había expoliado, sin sentido, de un arbusto enredado, formado por la maraña promiscua de dos jazmines, uno blanco y otro amarillo.
No puedo defenderme de la imbecilidad de quitar una ooteca de la ramita de un jazmín viejo. Y no redime nada interrumpir el relato, así que sigo: el huevo amasado estaba en mi cuarto desde el momento en que cometí la fechoría, unos días antes, hasta esa noche de verano en que el huevo, parecido a una nuez pecán, expulsaba a la vida exterior a decenas o quizás cientos de pequeñas mantis religiosas.
A mí me pareció fantástico ese espectáculo. Sin embargo siempre sospeché que me había perdido capítulos importantes de la vida de esa ooteca, y de la mantis que la formó y a las que alojó.
Cuando vi el cortometraje “Mantis” confirmé mi sospecha y mi temor: me había perdido lo mejor. Y lo mejor se puede ver en este filme en el que el buen arte se pone a merced de una temible y gran actriz.
La mantis aparece en “Mantis” como un extraterrestre que derrama el cóctel de sensaciones que seguramente genera la presencia de un ser extraño e inquietante.
El bello monstruo de la película deja ver sus músculos, su cabeza triangular, sus ojos intimidantes. A veces parece una víbora, a veces una flor carnívora, siempre un extraterrestre.
El filme se larga a andar con una imagen y un sonido que ilustran la incertidumbre a las puertas de un momento revelador.
La primera aparición muestra a la mantis adulta en una actitud de pontífice intentando demostrar que todo pasa por el interior del ser.
Las imágenes son nítidas mientras los detalles también cuentan mucho.
Y llega uno de los momentos más impresionantes del film. La mantis no estaba rezando; estaba amasando un huevo similar al que robé una noche de verano de un jazmín.
Todo es verde en la imágen, menos los brazos y antebrazos del extraño ser, que en una extensión amarilla dejan nacer garritas negras que se parecen a los pelos pegajosos de las plantas carnívoras.
El baile de cuerdas que hacen los recién nacidos, al salir de la ooteca es asombroso y su registro en la película, una celebración.
La película es arte que enseña. Sin la precisión de la ciencia, pero con la sensibilidad de una verdadera obra de arte.
En determinado momento de la novela aparece una mosca y eso le da otro rumbo a la historia. La mosca huye sin que pase nada, pero dejando una estela de dudas.
La mosca no se va para siempre. Impresiona el golpe de hojas de tijeras que da una mantis que quedó sin dar la última palabra frente a la intrusa mosca.
El golpe de las cuchillas de la tijera verde, magistralmente acompañada por el sonido de edición, es un cuadro importante del film.
El pasaje de imágenes insinuadas a imágenes con detalles rigurosos es un logro para destacar. Hay una valiosa mirada de zoom que propone un ida y vuelta interesante.
A la película no le falta suspenso, pero tampoco definición. Llega un momento clave que el musicalizador entendió muy bien.
Debería dejar de contar el desarrollo y el final que toda buena película tiene.
De la actriz principal hay muchas imágenes. Su presentación se da bajo el influjo de muchos recursos de filmación. En un momento la mantis es repulsiva por su expresión. En otro es impúdica por su desnudez.
Dije que no debo contar tanto. Y sin embargo es muy difícil callarse alguna alusión al gusano blanco-tostado-negro armado con espadas de azabache que dibuja su trayecto con las formas de las hojas y las botánicas protuberancias de una rama.
La tranquilidad amorosa de ese gusano siembra una inquietud que se completa cuando la imagen es sucedida por una mantis con rostro en sinoples y una boca que parece un pretzel. El final de ese episodio se narra a pura imagen, a puro cine.
El blanco y negro es un recurso siempre vigente para contar cosas en determinados momentos. La vigencia hace que no sea un recurso obvio, sino un modo de narración que cuando se utiliza bien, como en “Mantis”, es digno. El musicalizador no deja, en ningún momento, de mostrar imágenes.
Vuelve el color. Cambia el tono de la música. Ahora la mantis tiene un dibujo indescifrado, con trazos hechos de nervaduras sobre el rostro. Triángulo con ojos. Con ojos y antenas.
Y un placer demencial que se filtra de esa cara verde. Es tremenda la sonrisa negra sobre el verde arveja.
“Mantis” es una gran película dirigida por César Vitali.
En los créditos aparecen nombres de sensibles expertos en imágenes. Tipos que buscan mensajes en fotos o filmaciones que también se pueden hallar en la literatura y en la música, como seguramente en cada expresión noble del arte.
El guión es del ya nombrado César y de Ivo Betti, que también tuvo a su cargo el montaje. La cámara quedó para Vitali, cuyo pulso merece un aplauso.
Dicen los créditos que Nicolás Merlino es el responsable de la banda sonora y hacia él, entonces, debería dirigirse el crédito de lo que logra en todo el film la música. Pero también hay mérito de Mariano Papa, responsable de la masterización de sonido.
“Mantis” es una de esas películas que se hallan en situaciones especiales. Habrá que estar atento al momento para poder verla, mientras tanto, lo puede hacer aquí, que por hasta el 20 de enero próximo estará libre para todos los espectadores y espectadoras que quieran pasar a disfrutarla:

MantÏs from Ivo Betti on Vimeo.