Hace poco más de una década, un daguerrotipo que reproduce la imagen de Justo José de Urquiza salió a la venta por subasta en Buenos Aires. Con una base de 2 mil dólares y dos interesados, la operación se concretó en la suma de 33 mil dólares. Una cifra que no pasó inadvertida para los estudiosos que saben el grado al que el Capitán General llegó en la masonería. La noticia logró renovar, por entonces, el interés por la imagen del caudillo entrerriano, uno de los primeros protagonistas de la historia nacional que concentró la atención de daguerrotipistas y fotógrafos, al punto que también su cadáver fue registrado por la cámara.