22/01/2021 - Murió a los 94 años en Concepción del Uruguay

Pablo Schvartzman, el cronista que mostró las facetas más coloridas de Entre Ríos

Tenía 94 años y escribió “Cuentos criollos con judíos” y “Entre Ríos en anécdotas”, entre muchos otros títulos. Fue periodista, investigador del pasado regional, coleccionista y poeta.

Jorge Riani
En la larga lista de autorreproches pondré no haber concretado mi propia idea de enviar unas fotos que tomé del escritorio de Pablo Schvartzman a su hijo Américo.
La idea era hacer una reseña de los fetiches que atesoraba el lugar íntimo en el que don Pablo escribía lo que escribía. El lugar estaba atiborrado de objetos que le daban al lugar una sacralidad laica: libros, medallas, cuadros, símbolos masónicos, fetiches judíos.
Podré ensayar algunas explicaciones autoexculpatorias que incluyan la palabra pandemia, y que no estoy al alcance de mi propio archivo por lo que todo mi acervo en fotos, que es mucho y variado, me jactaré, no está en mi poder por un tiempo y por cosas que no vienen al caso. Las excusas no se publican.
A Américo le pareció bien la idea y más porque podría ser un homenaje en vida a su padre escritor.
Este jueves murió Pablo Schvartzman a los 94 años en su querida Concepción del Uruguay.
La primera vez que escuché su nombre fue en el primer año de mi escolaridad media, cuando un profesor llevó un texto a clase. No relacioné los apellidos, varios años después, cuando supe que en la Histórica un grupo de periodistas cooperativizados sacaba una revista. Una revista que vi en el kiosco de la terminal, cuando el colectivo lechero paró allí en el trayecto de Buenos Aires a Paraná.
Había en el staff un tal Schvartzman. La vida siguió y con Américo nos reconocimos como colegas y, me atrevo a decir, parientes en el oficio por la forma de hacer ciertas cosas.
Quizás por esto último me regaló, en uno de mis viajes a su ciudad, el libro Entre Ríos en anécdotas, que editó El Miércoles, un sello editor cooperativo que muchos amigos sostienen con pasión y gran dignidad.
El título del libro no deja mucho margen para interpretar de qué se trata, pero no huelga decir que es un gran libro, por la variedad de temas que pintan los tonos tan diversos de una provincia rica en historia, bella en paisajes, prolífica en personalidades, admirable en epopeyas.
Schvartzman, el viejo Schvartzman, tuvo el derrotero de una vida propia de quien pasa dejando cosas: niño con padres y hermanos emigrados de Rusia, periodista precoz, lector con hambre de libros, coleccionista incurable.
El Miércoles, en su sitio web que se alimentó de buena parte de sus escritos, dice de Don Pablo: “Había nacido el 27 de enero de 1927 en General Campos, al norte de Entre Ríos, y como le gustaba decir “era el menor de casi cuarenta primos hermanos”. Pablo fue el primero de su familia en nacer en esta provincia, a la que amó tanto como su padre Jacobo, un judío masón nacido en Kiev (ciudad del Imperio Ruso, en la actualidad capital de Ucrania) que emigró primero al Paraguay -donde conoció a quien sería su esposa, Berta, también rusa, y donde nacieron todos sus hijos excepto Pablo- y luego a la Argentina, afincándose un siglo atrás en General Campos, por entonces un pequeño pueblo cercano a Concordia”.
Puntualiza que en 1963 publicó “Judíos en América”, quizás su trabajo más destacado como ensayista, vinculado a su fuerte identidad judía, que sin embargo no se tradujo en una participación activa en las instituciones de la colectividad israelita. Como narrador, su obra más reconocida es, seguramente, “Cuentos criollos con judíos”, en donde despliega humor, nostalgia y sensibilidad a partir de sus vivencias de la infancia, en la misma senda que abriera el gran Alberto Gerchunoff con sus narraciones sobre los gauchos judíos.
El Miércoles publicó los retratos que de él hicieron Ernesto Bourband T, Jorge Cocco, Juan Carlos Sito, Ignacio Néstor Vicente y su hijo Américo, que acá reproducimos.
Pablo Schvartzman vivió mucho y seguirá vivo en su obra, que es nutrida, buena y valiosa.